DEGENERACIÓN DEL TEJIDO PULPAR
La degeneración del tejido pulpar es causada por agresiones externas que pueden sufrir los dientes, como caries, traumatismos o las lesiones periodontales crónicas (infecciones en las encías) entre otras.
Estos procesos pueden llegar a producir la necrosis o muerte del tejido pulpar, que se encuentra en el interior del diente, dando así lugar a reacciones de tipo inflamatorio e infecciosas que en caso de no tratarse, pueden hacer perder la pieza dentaria y afectar al hueso que la rodea.
Muchas veces, el proceso de necrosis pulpar solo es detectable radiográficamente, es por este motivo que es aconsejable hacer radiografías panorámicas cada cierto periodo de tiempo para descartar posibles patologías no detectadas en la exploración clínica. En el caso de detectarse esta patología se realizará una radiografía periapical para definir el alcance de la lesión.
La endodoncia es el tratamiento con el que conseguimos conservar un diente y su función mediante la eliminación del tejido pulpar lesionado y que el organismo ya no es capaz de reparar.
La endodoncia se lleva a cabo mediante desinfectantes y sistemas mecánicos de remoción del tejido afectado.
Es el tratamiento que realizaremos ante un proceso degenerativo de la pulpa dental (nervio del diente).
En CLINICA LLUCH utilizamos la última tecnología, siguiendo los protocolos de instrumentación mecánica Reciproc® y Protaper®, que gracias a un micromotor y unas limas muy flexibles de Níquel-Titanio nos permiten conseguir una mejor limpieza y desinfección de los conductos radiculares sin lesionar el diente.
Por otro lado, para saber la longitud de la raíz o raíces que tenemos que tratar, utilizamos un localizador electrónico del apex (LEA) y en casos menos complejos sistemas ultrasónicos y dispositivos de incremento de la imagen.
Una vez limpio y desinfectado, sellamos el conducto o conductos dejando estéril el interior del diente. Por este motivo todo el tratamiento lo realizamos bajo aislamiento total mediante la técnica del dique de goma.
Después del tratamiento endodóntico, y dependiendo de la cantidad de estructura remanente, tendremos que reforzar el diente con una espiga intraradicular (generalmente de fibra de carbono) para aumentar la retención de la reconstrucción de la pieza tratada y su resistencia a la fractura. En algunas ocasiones, para evitar la fractura del esmalte remanente , será necesario su protección mediante coronas de cerámica o incrustaciones.
Dr. Marc Rovira | Especialista en estética y endodoncia
